miércoles, 17 de noviembre de 2010

El psicoanalista jubilado nº 1

16 de noviembre de 2010

Vargas Llora demuestra en un escrito sobre Argentina que el premio Nobel no se lo dieron por su obra, duda que él mismo tuvo cuando recibió la noticia, sino por su militancia política a favor de las ideas del gigante del Norte, al borde del despedazamiento, en contra de toda novedad que surja en América Latina.

Insultar sin ningún reparo a la mitad más uno del pueblo argentino no resulta probable para un premio Nobel de Literatura, pero insultar e injuriar a los pueblos es algo que hacen en general y casi todos los días los intelectuales de la peor derecha.

Vargas Llora es uno de ellos. Más que un escritor, es un periodista amarillo que cuenta todo mal y todo a su favor, como suelen hacer los poderosos, los dueños de los bancos, algunos diarios matinales de nuestra ciudad y, en general, todos los déspotas.

Como suelen hacer, también, los dirigentes corruptos de ciertos partidos políticos y algún entrenador de fútbol.

A la espera de una buena noticia, me despido afectuosamente.


El psicoanalista jubilado

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